sábado, 20 de octubre de 2018

ESCUELAS DEL S. XXI


ENSEÑAR Y APRENDER DIGITALMENTE EN LA ESCUELA DEL SIGLO XXI


Resumen  del evento en directo de la primera edición de 2018 de los cursos tutorizados ABP I/P, REA, Portfolio y Flipped, en que estaban invitados Javier Ojeda , acompañado por los coordinadores Javier Ramos Sancha y Manuela Varilla, Moderados por Alberto García y Conchi Fernández.
       Al hablar de Escuela del siglo XXI, inmediatamente se nos viene a la mente: “contexto de innovación”, es inevitable, pues hasta ahora, la escuela ha permanecido prácticamente estática, desde finales del siglo XIX, y hoy, no podemos o no debemos mantenernos en ese contexto, pues las cosas han cambiado, y mucho. Se debe repensar la Escuela actual y hacerla una Escuela flexible, que piensa en unos alumnos que van a “salir” al mundo, y que deben llevar consigo ciertas habilidades o capacidades, entre las que hay que destacar el pensamiento crítico, y habilidades sociales para desenvolverse en ese mundo que les toca vivir.
        Ha de ser una escuela abierta, que cuente además de con el profesorado y alumnado, con otros agentes colaboradores: las familias, instituciones… en esta Escuela de Puertas Abiertas, no tienen cabida los Claustros cerrados.


        El alumno ha de ser el protagonista, es la “estrella”, por eso hay que buscar materiales y estrategias diferentes, para enseñar y formar a un alumnado con diferentes necesidades.
        Lo primero que debemos hacer es una reflexión concienzuda sobre nuestra práctica docente, que nos haga darnos cuenta de qué tenemos que cambiar para que realmente la “escuela cambie”; por eso es muy importante contar con un Equipo Directivo, que impulse, anime y guíe la tarea del cambio. Que promueva esa flexibilidad que debe caracterizar la nueva escuela.
        Desde hace unos años, se está planteando en la escuela el trabajo y evaluación competencial, algo que no está muy favorecido por las leyes educativas, pero que se puede hacer. Para ello, el modelo de Aprendizaje basado en Proyectos, resulta muy eficaz, pues permite englobar otras metodologías, como el T. Cooperativo, Flipped Classroom.. que favorecen el trabajo y desarrollo competencial. Es decir, un buen Proyecto, debe englobar:
-      Las áreas del conocimiento
-      Entrenamiento competencial
-      Contexto real
Tenemos que tener presente que no basta solo con la clase tradicional, pues el aprendizaje debe ser un aprendizaje para la vida, que se pueda llevar a situaciones y contextos de la vida cotidiana.
También es muy importante guiar a nuestros alumnos hacia el pensamiento crítico y la metacognición. Es muy importante que el alumno sea consciente de qué aprende, cómo lo aprende y para qué puede utilizar lo aprendido. Con este fin se puede crear un portfolio como herramienta de Metacognición, y reflexión pues resulta una herramienta muy útil.
En último lugar, se hace en el evento una reseña sobre proyectos colaborativos intercentros, y se valoran como experiencias enriquecedoras pues dan a conocer lo que se hace en diferentes lugares y se comparten materiales y propuesta, creando así auténticas Redes de colaboración y Aprendizaje. Esta opción me parece maravillosa, pues permite el intercambio de experiencias y el enriquecimiento personal. Yo, hace tiempo me sumé a un claustro virtual en Twiter, y me resultó un fantástico medio para aprender y compartir (no estamos solos en el intento de hacer posible otra educación acorde con los tiempos).
        También quiero destacar en esta entrada, la valoración que se hace de las nuevas tecnologías, en la Escuela del siglo XXI: Los participantes en el evento insisten en que la escuela no puede dar la espalda a los avances tecnológicos, y que debe utilizarse con sentido, no rellenando tareas y actividades. Esto me ha resultado muy interesante, pues en muchos centros, da la impresión de que se ha confundido: INNOVACIÓN con el  USO DE NUEVAS TECNOLOGÍAS, y esto no es así. Los docentes debemos utilizar o vincular las tecnologías a la innovación pedagógica, pero siempre con mesura, aprovecharlas para su proceso de aprendizaje, pues están presentes en sus vidas, pero debemos tener presente que estas nuevas tecnologías, deben ser UN MEDIO y nunca UN FIN.

En conclusión, la Escuela del siglo XXI debe ser FLEXIBLE, ABIERTA, una escuela que aprende de otras, que comparte experiencias y que todas tienen en común un modelo de reflexión pedagógica.

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